Estoy bajo la lluvia, no llueve pero si chispea.
Siento cada gotita d agua penetrar mi jersey de punto rosa. Mi cuerpo se empieza a humedecer lentamente, pero no siento el frío. Solo una invadida de añoranza me cobija y me arropa viejos sueños mientras observo el poso de café. Con el ritmo de vida y los tiempos que corren, la gente va con prisas a cualquier destino. Preocupados por no mojarse, me hace sonreir ver a los niños correr entre charcos y disfrutar de tan pequeño placer. Mientras los adultos le regañan por el refriado que pueden coger! Acaso olvidaron lo feliz que se sentian cuando jugaban a saltar en charquitos? Y mojarse los deditos de los pies? Para luego llegar a casa y que nuestra madre nos secarán y nos preparan un delicioso colacao. Deberiamos aprender de los más pequeños de casa, pues ellos saben disfrutar de cada placer que nos regala la vida.
martes, 22 de octubre de 2013
Bajo la lluvia
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